La trata de blancas es una de las principales fuentes de ingresos
de la criminalidad organizada a nivel mundial. Según estimaciones de la
Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, OSCE, el tráfico
ilegal de seres humanos podría ya haber superado al de armas, al haber
alcanzado un volumen de negocio superior los 32.000 millones de
dólares anuales, un negocio en el que son explotados 2,5 millones de personas.
La mayoría de las víctimas son mujeres y niños que caen en
manos de criminales sin escrúpulos. Son explotados sexualmente y obligados a
trabajar en condiciones de esclavitud. Se estima que más de la mitad de las
víctimas son menores de 18 años y no hay país que se salve de esta moderna
forma de esclavitud.
Estrategias de combate
Una Conferencia convocada por la OSCE en Viena, reunió a
especialistas de todo el mundo para discutir sobre estrategias para combatir
esta peligrosa forma de criminalidad. Suecia por ejemplo, introdujo desde 1999
una ley que penaliza la compra de servicios sexuales y despenaliza la venta de
dichos servicios. En dicho país la prostitución es considerada como una forma
de violencia masculina contra mujeres, niñas y niños. "Desde entonces las
cifras de las víctimas se han reducido considerablemente". Gracias a dicha legislación, el comercio
sexual en las calles prácticamente ha desparecido de las grandes ciudades. las redes criminales hacen sus propios estudios de mercado
y para ellos el negocio en Suecia se ha complicado.
En Estados Unidos, por ejemplo, ya no sólo se castiga a los
explotadores sexuales sino también a los turistas estadounidenses que tienen
relaciones sexuales con menores de edad en el extranjero. En dicho país los
agresores pueden ser condenados a una pena de hasta 30 años de cárcel. Durante
los últimos cuatro años se han registrado 103 casos de turismo sexual.
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