El ilegal comercio de drogas es una de las más grandes
industrias del mundo. Su consumo a escala mundial es, gracias a que en los
países occidentales se usa en grandes cantidades. Se estima que el comercio
mundial de las drogas produce un promedio de 400 mil millones al año. Estados
Unidos consume más de la mitad que el resto de los países europeos, Canada,
Japón y resto del mundo. El tráfico y comercio de drogas está en manos de
bandas o cárteles criminales que conectan el mundo en una gran red. Otras secuelas
que el comercio de drogas produce son: violencia, prostitución, enfermedades venéreas,
etc.
La corrupción y el lavado de dinero hacen posible que el
comercio ilegal sea tan grande. La corrupción empieza desde los primeros pasos
de la producción y puede llegar hasta las jerarquías más elevadas de los
gobiernos. El ejército y otros oficiales que están en el control a menudo dejan
a los comerciantes de drogas trabajar tranquilamente, porque también se
benefician del comercio.
En el Perú se sabe que los policías que quieren trabajar en
las áreas donde cultivan la coca ilegalmente, tienen que pagar al oficial de
quien depende dar los puestos. A veces es tanto el dinero que exige que los
policías tengan que recurrir a préstamos de sus familiares o amistades.
El dinero del narcotráfico se integra a la economía legal a través
del lavado financiero. Esto significa que se oculta el origen ilegal del dinero
en los bancos y el comercio. Los ingresos económicos por drogas de un país,
pueden ser más importantes que sus mismas exportaciones. Por esto, la erradicación
del comercio de drogas no necesariamente es el deseo verdadero de muchos
gobiernos. Por ejemplo en México y Bolivia los pilares de la economía se
sostienen en los ingresos por drogas.
La divisa ilegal puede hacer tambalear democracias y la
misma economía mundial. La mafia organizada es uno de grandes amenazas para la
democracia en los países llamados en desarrollo.
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